Las estrías cutáneas

Las estrías Cutáneas

A diario los medios de comunicación nos presentan tratamientos supuestamente eficaces contra la celulitis, la flaccidez de la piel, el envejecimiento facial o las estrías de la piel. Pues bien, una cosa es lo que se nos pretende vender a través de la publicidad y otra muy diferente lo que la ciencia dice sobre la eficacia de esos tratamientos.

Hoy vamos a hablar de las estrías de la piel. Por si alguien no lo supiera, las estrías son una rotura de la capa más profunda, gruesa y resistente de la piel, la dermis (la epidermis es la capa más superficial y apenas tiene el espesor y resistencia de un papel de fumar) y aparecen, como todo el mundo sabe, en algunas personas después de que su piel haya sufrido un estiramiento, fundamentalmente durante el embarazo o debido a un aumento en los depósitos de grasa del cuerpo.

Hace unos meses aparecía publicado en una prestigiosa revista de Dermatología (The British Journal of Dermatology) un artículo que repasaba toda la literatura científica publicada desde el año 1950 hasta 2013 sobre las estrías cutáneas.

Los siguientes son datos que aparecían en ese artículo y, por tanto, lo que la ciencia puede asegurar a día de hoy sobre este problema que puede llegar a constituir  una grave preocupación, y hasta un problema psicológico, para quien las presentan, fundamentalmente mujeres:

– Las estrías aparecen por lo general en situaciones en las que se produce un estiramiento de la piel, como el embarazo (aparecen habitualmente a partir de la 24ª semana, y más probable cuanto más joven es la mujer), la obesidad y la pubertad, generalmente en personas genéticamente predispuestas. También pueden aparecer en ciertas enfermedades como el síndrome de Cushing (donde aparece una producción anormalmente elevada de corticoides en el organismo) o en tratamientos de corticoides por vía oral o en cremas.

– Las causas son variadas: hormonales, estiramiento de la piel con presencia de alteración estructural de esta última (alteración de las fibras elásticas y falta de colágeno en la piel).

– La prevalencia en la población varía mucho según los estudios: desde el 11% hasta el 88%. Entre los adolescentes, el 40% de los chicos y el 70% de las chicas las presentan.

– Las zonas donde aparecen con más frecuencia son el abdomen, las mamas, los muslos y las nalgas. En las embarazadas suelen aparecer en el abdomen y las mamas. En los varones adolescentes suelen aparecer en la piel de la región lumbar y de las rodillas, y en las chicas, en los muslos y piernas.

– Existen dos tipos de estrías: la eritematosa o violácea y la blanca. Esta última suele ser una evolución de la anterior con el paso del tiempo.

– A lo largo de los años se han ensayado diferentes tratamientos para las estrías: agentes tópicos (cremas y lociones) utilizadas de forma preventiva o como tratamiento, láser, terapias con luz, etc. Sin embargo, no existe ningún estudio con una suficiente evidencia científica donde se demuestre la efectividad de estos tratamientos. Ninguna crema se ha mostrado eficaz tampoco en la prevención de la aparición de estrías durante el embarazo.

– La conclusión de este estudio, por tanto, es que NO EXISTE NINGÚN MÉTODO QUE HAYA DEMOSTRADO CIENTÍFICAMENTE SU EFICACIA NI EN LA PREVENCIÓN NI EN EL TRATAMIENTO DE LAS ESTRÍAS CUTÁNEAS.

Ante esta situación, ¿no hay nada en absoluto que podamos hacer? Pues sí, hay algo: conseguir que las células de la dermis desarrollen mejor su función. ¿Y cómo se consigue eso? Pues de la misma manera que se consigue el mejor funcionamiento del resto de las células del organismo -de las neuronas, de los hepatocitos (las células del hígado), de los adipocitos (las células de grasa), etc.- : consiguiendo que lleguen suficientes nutrientes y oxígeno a todas ellas y que se eliminen correctamente todos los productos de desecho de su metabolismo.

¿Y cómo? Siguiendo una dieta equilibrada, haciendo ejercicio físico regularmente, evitando el consumo de tóxicos (especialmente de nicotina, que reduce el tamaño de los vasos sanguíneos y, en consecuencia, la llegada de nutrientes y de oxígeno), hidratándose correctamente (bebiendo unos dos litros de agua al día) y evitando el exceso de sol (especialmente para evitar problemas que afectan a la piel). Y aunque lo siguiente no siempre es posible, evitando el stress.

La efectividad concreta de estas medidas generales sobre la aparición de estrías cutáneas (igual que contra la celulitis o contra los signos de envejecimiento) no está demostrada científicamente pero están basadas en la más pura lógica médica. Seguirlas no nos garantizará evitar la aparición de esos problemas (como ningún otro tratamiento, como acabamos de ver) pero sí conseguirán que tengamos un cuerpo más sano (y más dinero en el bolsillo, no gastándolo en tratamientos ineficaces). Y esa mayor salud física repercutirá muy favorablemente en nuestro bienestar psicológico.

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