Después de repasar en el último post las generalidades de la operación de aumento de pecho, hoy queremos advertirte de sus riesgos y posibles complicaciones. Y es que, como cualquier otra intervención quirúrgica, la mamoplastia de aumento conlleva una serie de riesgos que es necesario conocer antes de someterse a esta intervención.
Contractura capsular
Esta es la complicación más frecuente de la mamoplastia de aumento, aunque sólo ocurre en casos contados. La contractura capsular aparece cuando la cicatriz alrededor del implante se contrae y provoca una tensión contra el mismo que deforma el aspecto de la mama.
Según la gravedad de esta deformidad, existen varios grados de contractura capsular, del I al IV. Este último es el más grave, apareciendo una deformación evidente de la mama, acompañada incluso por dolor.
Rotura del implante mamario
Como todo en la vida, un implante de mama puede romperse. Puede ocurrir como consecuencia de un traumatismo o aparecer de forma espontánea pasados unos años tras su colocación (por el desgaste de la envoltura).
Ante la rotura de un implante de silicona pueden ocurrir dos cosas:
- Que la cápsula cicatricial que forma el cuerpo de la paciente alrededor del implante permanezca íntegra, de manera que la silicona se mantiene dentro de esta membrana y la paciente no nota ningún síntoma. Es lo que se conoce como rotura intracapsular.
- Que la cápsula cicatricial se rompa y la silicona se extienda hacia los tejidos mamarios circundantes, inclsuo hasta los ganglios linfáticos de la axila. Este caso se conoce como rotura extracapsular.
Sea cual sea el tipo, la rotura de un implante mamario requiere una nueva intervención quirúrgica para su extracción y la colocación de otro nuevo.
Caducidad de los implantes
Si bien es cierto que hace años los implantes mamarios tenían “fecha de caducidad” (se recomendaba su recambio cada diez años), debido al alto índice de roturas, los implantes de silicona que se llevan colocando ya desde hace 10-15 años no necesitan ser cambiados cada cierto tiempo.
La actitud recomendada en todo el mundo es el seguimiento de la paciente. Se recomienda que tras la mamoplastia de aumento la paciente se someta a revisiones periódicas. Si el implante se rompe, se sustituye por uno nuevo, y si permanece íntegro se cita a la paciente para una nueva revisión un tiempo después.
Más información, en Dr. José Ignacio Ortega Martínez
